Agentes de la Fiscalía General de México (FGR) pudieron detener el miércoles al exgobernador de Puebla, Mario Marín, buscado por un presunto delito de tortura a la periodista Lydia Cacho, un caso que comienza a cerrarse después de 14 años de la profesional buscando justicia.

La detención se produjo en su casa en Acapulco, Guerrero, pese a que Marín llevaba buscado desde hace dos años por acusaciones de haber ordenado la detención ilegal y tortura de Cacho en 2005.

14 años sin justicia

Tras la detención, la periodista publicó en su cuenta de Twitter que llevaba 14 años buscando justicia por haber sido «torturada por este cómplice de redes de Pornografía Infantil».

Este caso comenzó allá en 2005 cuando la periodista y activista publicó un libro titulado «Los demonios del edén» donde se denunciaba una red de explotación infantil, que vinculaba supuetamente a los magnates Jean Succar Kuri y Kamel Nacif.

En ese libro, la periodista destapó una red de trata de niños explotados sexualmente en celebraciones de fiestas a las que «traían a gobernadores, senadores y empresarios para explotar sexualmente a niñas y niños de entre 4 y 13 años», según la periodista.

Tras conocer la noticia, Cacho publicó en su cuenta que hace 13 años también denunció que el mismo exgobernador lavaba dinero en Andorra, pero «la Fiscalía General no movió un dedo» ante esta información.

La tortura

Después de la publicación, Cacho fue detenida en Cancún por agentes de la Fiscalía de Puebla bajo acusaciones de difamación y calumnia, algo que había demandado el propio Nacif. Pero Cacho fue exonerada en enero de 2006, tan solo un mes después de su arresto.

Pero durante ese corto periodo de tiempo, la periodista denunció que fue sometida a torturas durante el viaje de Cancún a Puebla, donde «cinco judiciales armados» le ponían «el arma en la cabeza, además de proferir «amenazas de muerte».

La clave llegó con una grabación telefónica entre Marín, detenido ahora y entonces gobernador de Puebla, con Nacif, donde el propio Marín señaló que le había dado a Cacho un «pinche coscorrón» a la «vieja cabrona» (en referencia a la periodista) porque «en Puebla se respeta la ley», unas palabras que llevó al Surpremo a abrir investigaciones por el caso.

La acusación que ha llevado a Marín a la cárcel es por el delito de tortura hacia Cacho. Ahora, el exgobernador está detenido en Cancún.

En 2018 el Comité de los Derechos Humanos de la ONU aprobó un dictamen que declaró al Estado mexicano responsable de varias violaciones de derechos humanos en contra de Cacho.

Le daba 180 días para implementar las medidas correspondientes.

Por ello, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador pidió disculpas a principios de 2019 a la periodista al reconocer que se violaron sus derechos humanos cuando fue agredida en 2005.

Nacif y Karam, prófugos

Cacho ha estado viviendo estos años en los que la justicia ha estado detenida bajo amenazas de muerte, lo que ha provocado que haya huido de México en múltiples ocasiones.

Todo esto viene porque Nacif y Karam siguen prófugos de la justicia.

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